Nissan GT-R Copzilla. El chico malo madura y se mete a poli

Casi todos tenemos un amigo que de jóven ha sido de armas tomar, se ha pegado unas fiestas de órdago, ha perdido el control en más de una ocasión y ha sido de todo, menos un buen chico. Pero por cosas de la vida, termina siendo, sorprendentemente, agente de la ley. Una historia similar a la que nos ocupa en estos momentos, un chico malo que ha terminado en el bando contrario.

Y quien diga que el Nissan GT-R no es un chico malo miente como un bellaco. El GT-R es el coche de los chicos malos, el deportivo que hace saltar todos los radares, provoca miradas por la calle y es adicto al taller, donde se pone a tono con multitud de componentes de la industria auxiliar como si fuera al gimnasio tomando esteroides. No es una hermanita de la caridad…

Pero parece ser que ha comenzado a sentar la cabeza, se ha vuelto más formal y ha cruzado la línea para colaborar con el bando contrario, el de los chicos buenos, con los defensores de la ley y el orden. Aunque eso de ‘formal’ no sabemos si es del todo correcto pues a pesar de lucir un uniforme reglamentario de la policía, sigue siendo tan macarra y chico malo como siempre o incluso más. Es el típico agente músculo, con gafas de sol y camisa apretada.

En fin, dejemos las películas y centrémonos en lo que tenemos, que no es más que un Nissan GT-R tuneado al máximo por la división americana de la marca para exhibir en el Salón de Nueva York y aunque esto de los coches de policía sobre base de ‘superdeportivo’ no es ni mucho menos nueva (la policía de Milán acaba de estrenar un Ferrari 458 Spider incautado a la mafia), sí que resulta bastante extremo y radical, con un espectacular alerón trasero que nace en el techo y va flotando hasta llegar al final del portón trasero, donde dos soportes cruzados lo sostienen.

Para ser un policía, parece más bien el jefe de una banda callejera con unas llantas lenticulares de fibra carbono extremadamente custom (muy americano) y poco racing o unos ensanches en las aletas mediante postizos que si bien, parecen cumplir su función, no resultan muy estéticos. Brutal resulta la defensa trasera, típica de la policía americana acostumbrada a persecuciones tipo película de Hollywood y a las que en más de dos y tres ocasiones, ponen punto y final embistiendo al coche perseguido. Para algo están las defensas, ¿no? Aunque habría que ver a este Nissan GT-R embistiendo a otro coche para sacarlo de la carretera; sería casi como en la saga de videojuegos Need For Speed.

Lo que no cambia un ápice es el motor, que sigue siendo el V6 biturbo de 3,8 litros, 570 CV y 635 Nm. Más que suficiente para alcanzar a cualquier ‘Fitipaldi’, pues con un 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y una punta de 315 km/h, sólo se escaparía algún loco con un coche más potente o algún modelo alemán de los ‘gordos’ por la típica autobahn. E incluso dudamos sobre esto también… no obstante, los malos no llegarán a verlo jamás por el retrovisor ya que se trata de un concept de salón. No llegará a la calle.