Silicon Valley: el nuevo destino de las marcas de coches de todo el mundo

El avance en el desarrollo de los coches de conducción autónoma está movilizando a las grandes compañías automovilísticas. Un signo que evidencia esta situación es el creciente traslado de los centros de investigación y desarrollo (I+D) de estas empresas (europeas, japonesas, coreanas, etc.) a Silicon Valley (California, EE.UU.), es decir, junto a los principales jugadores en esta carrera tecnológica como lo son Google o Apple.

Los expertos ya definen el coche del futuro como eléctrico, autónomo y conectado, y aunque la movilidad eléctrica o híbrida ya está presente en la actual realidad, en el caso del coche autónomo el panorama es totalmente diferente, dado que este representará una verdadera revolución en términos de movilidad.

Esta revolución podría convertirse en una verdadera amenaza para los grandes fabricantes de la industria automotriz dado que pondría patas para arriba el uso y la manera de utilizar los coches. En este nuevo escenario se cambiaría el concepto de propiedad del automóvil, dado que muchos usuarios dejarían de ser propietarios de vehículos y sólo dispondrían de servicios de movilidad puntuales o permanentes. Este panorama podría convertir a los fabricantes en gestores de flotas de coches autónomos enfrentándose al temible reto de pasar de vender vehículos al de vender servicios de movilidad por kilómetros utilizados, por lo tanto pasarían a ser "proveedores de movilidad".

Todos los fabricantes automotrices se enfrentan a otra importante amenaza en lo referente a su posición en términos de tecnología, dado que para la fabricación de un coche autónomo y conectado se encuentran directamente dependientes de nuevos desarrollos, los cuales actualmente están en dominio de las grandes compañías tecnológicas (Apple, Google, etc.) situadas en Silicon Valley. Este potencial riesgo podría convertir a las automotrices en meros fabricantes de los vehículos (hardware), mientras que los sistemas de conducción (software) y los servicios digitales (entretenimiento, comunicación, seguridad, emergencias, etc.) quedarían en dominio de líderes como Google, Apple o Uber.

Con el fin de asegurar su posición en el futuro, las empresas automovilísticas están creando de manera creciente nuevos centros de investigación y desarrollo (I+D) en Silicon Valley, contratando investigadores y técnicos especializados en cámaras, radares, visión e inteligencia artificial, conectividad en tiempo real y todo lo asociado a la movilidad autónoma. Al mismo tiempo, los fabricantes están comprando o tomando participaciones en start up en compañías dedicadas a estos campos.