Nueva motorización diésel para el Opel Grandland X

El acabado "Ultimate" es sinónimo, según la marca del rayo, "de placer de viaje altamente confortable, con la mejor conectividad y modernas tecnologías y sistemas de asistencia a la conducción".

Para apoyar estos argumentos, como elementos de serie encontramos los faros adaptativos con tecnología LED, la cámara de visión 360º, el asistente de aparcamiento avanzado, la alerta de fatiga del conductor, el sensor de lluvia o el encendido automático de luces al detectar los túneles, entre otros. La alerta de colisión frontal, el sistema de frenado de emergencia o la alerta de cambio involuntario de carril completan y redondean este equipamiento de seguridad.

Con el objetivo de dotar de una mejor tracción y de un comportamiento dinámico notable, Opel ofrece de manera opcional la tracción electrónica IntelliGrip que contempla hasta cinco modos de conducción diferentes. El sistema funciona distribuyendo el par a las ruedas delanteras siguiendo el patrón del modo de funcionamiento seleccionado; además se encarga de optimizar los puntos ideales para realizar el cambio de marchas, así como la respuesta del acelerador.

Además de seguridad, el Grandland X ofrece confort y lujo en el interior: el sistema de sonido premium cuenta con ocho altavoces integrados y un subwoofer. Como complemento, el asistente de servicio OnStar y el sistema de infoentretenimiento que incluye pantalla de ocho pulgadas y compatibilidad tanto con Apple CarPlay como con Android Auto.

En el exterior llaman la atención las llantas de aleación de 19 pulgadas bicolor, las barras del techo cromadas y los espejos retrovisores de color negro. Y en el interior destacan los asientos ergónomicos con tapicería mixta y los deportivos pedales de aluminio.