Infiniti Q60 Project Black S. Rebosando carácter

Infiniti se ha presentado en Ginebra con un prototipo que podríamos definir como un poco transgresor para la marca que lo firma. Resulta macarra, amenazador y hasta un poco recargado para lo acostumbra en Infiniti. Para muchos es incluso un poco ‘tunero’ pero tiene un objetivo en mente, o incluso varios; dar que hablar y celebrar la colaboración entre la marca y renault F1. Por cierto, se llama Infiniti Q60 Project Black S Concept.

No es la primera vez que Infiniti presenta un concepto semejante, acordaos del Infiniti Q50 Eau Rouge, presentado precisamente en el Salón de Ginebra, pero en 2014. Escondía nada menos que el corazón del Nissan GT-R, un V6 de 3,8 litros biturbo que para el sedán rendía 568 CV y del que se estuvo hablando largo y tendido durante mucho tiempo. De hecho, estuvo a punto de llegar a producción aunque finalmente fue cancelado por ser demasiado costoso y por ende, poco rentable.

Casi igual de interesante o puede que un poco más se presenta el Infiniti Q60 Project Black S. Más allá de su imagen, que te puede gustar más o menos, hace uso de un grupo propulsor de lo más interesante, desarrollado entre la propia Infiniti y Renault F1. No llega a los 568 CV del Eau Rouge pero se queda muy cerca y se podría afirmar que es muy más tecnológico. Si eres observador y estás acostumbrado a la jerga automovilística, habrás visto que hemos dicho ‘grupo propulsor’, un término normalmente usado para los motores híbridos. Y efectivamente, se trata de un híbrido compuesto por un V6 3.0 Biturbo de 400 CV, junto a un motor eléctrico que hace las funciones de KERS mientras colabora para que la potencia alcance los 500 CV.

Dicho motor eléctrico recupera energía del calor de los gases de escape y a través de frenada regenerativa, y la almacena en baterías de iones de litio. Se utiliza para asistir al motor de combustión y para reducir el lag de los turbos. Un sistema que no se ha utilizado todavía en un coche de producción.

El Infiniti Q60 Project Black S ha sido diseñado en el centro de estilo que la firma japonesa tiene en Londres. Su aspecto ‘macarril’ no es únicamente postureo, sino que se trata de un trabajo aerodinámico que busca evidentemente, la eficacia, destacando sobre todo el diseño de la parte trasera, con un difusor de dimensiones generosas y que sitúa las salidas de escape en el centro. Unas salidas de escape nada recatadas por cierto.

No hay nada dicho sobre su llegada a producción, como ocurrió con el Q50 Eau Rouge. Y no esperéis verlo en futuro cercano salvo sorpresa de última hora.