BMW E1: el eléctrico adelantado a su tiempo que nunca pudo ver la luz

No era el momento para esta tecnología, no estaba la sociedad, ni la legislación ni la infraestructura preparada, pero mucho se ha mejorado en este aspecto de forma que ya se encuentran en el mercado los modelos BMW i3 y BMW i8, herederos directos del E1.

El E1 fue uno de los grandes protagonistas del Salón del Automóvil de Frankfurt de 1991 gracias a su innovadora mecánica eléctrica. Este vehículo fue creado de cero por BMW Technik GmbH partiendo de ciertas premisas: debía contar con un rendimiento adecuado para el uso diario, una autonomía razonable, espacio suficiente para transportar a cuatro adultos con su equipaje y unos elevados estándares de seguridad, manteniendo también su peso al mínimo. El resultado fue el E1 que se presentó en 1991 y que fue creado en apenas 10 meses.

El resultado fue un coche urbano que a la vez cuenta con espacio suficiente para transportar a 4 adultos con su equipaje. Su propuesta no es muy diferente de el actual i3 a excepción del uso de la fibra de carbono, ampliamente utilizada por su gran resistencia y bajo peso.

El E1 consiguió también algunos hitos en materia de seguridad ya que contaba por primera vez con con estructuras de absorción de golpes delantera y trasera para aportar una mayor protección tanto a los pasajeros como a las baterías.

También de 1993 data otra innovación: el sistema de regeneración y recuperación de energía a partir de la deceleración y el frenado del coche, hoy ampliamente usado en competición en la Fórmula 1, por ejemplo.

Además, el tiempo de carga era muy similar al actual, si bien su autonomía era de “solo” 160 km, una cifra un poco comedida en comparación con los modelos actuales, pero suficiente para afrontar la mayoría de desplazamientos urbanos diarios. Este modelo, que jamás llegó a las carreteras, contaba con un motor de 43 CV y contaba con una aceleración de 0 a 50 km/h en 6 segundos y una velocidad máxima de 120 km/h.

Aunque se construyeron modelos del E1 más avanzados, el E1 nunca llegó a producirse en serie, porque a pesar de todos los esfuerzos de investigación, la tecnología de las baterías de hace 25 años no lo permitía. Tampoco existía ni demanda ni conciencia suficiente en la sociedad respecto a la movilidad eléctrica. El entorno legislativo y de infraestructuras tampoco estaba preparado para la llegada de los coches eléctricos a principios de los años ’90 del pasado siglo.