2050, fecha límite para los coches diésel y gasolina

Hasta 2030 se reducirán a la mitad y hasta 2050 desapareceran por completo. Estas son las pretensiones de la Comisión Europea dentro de un futuro plan global de transporte. El objetivo principal del proyecto es reducir las emisiones contaminantes de CO2 un 60% respecto a las tasas de 1990.

Para lograrlo, el proyecto, que ya ha sido cuestionado por las asociaciones de fabricantes, se incentivaría tanto el uso de biocarburantes como el de coches eléctricos mediante ayudas fiscales. Las palabras de de Siim Kallas, comisario europeo de Transportes, al respecto han sido: “podemos acabar con la dependencia del petróleo del transporte sin sacrificar su eficiencia ni comprometer la movilidad. Son objetivos realistas y ambiciosos, teniendo en cuenta que el transporte seguirá creciendo”.

La Comisión ya ha declarado su intención de reducir un 40% las emisiones del transporte marítimo, y rebajar el 40% las emisiones de CO2 emitidas por el transporte aeronáutico. El plan prevee derivar la mitad de los desplazamientos de media distancia por carretera al tren, para lo cual tendrán que crecer las infraestructuras hasta 2030, y otros medios de transporte.

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) argumenta que el plan de la Comisión Europea “envía una señal equivocada al no ofrecer soluciones flexibles como el transporte por carretera, de interés capital”.